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aventuraliteraria2008

Cuentos Fantásticos 6º

El monstruo de cuatro cabezas

El monstruo de cuatro cabezas

  A Martín le gustaba caminar por el parque todos los días a la noche, porque a él le encantaban todas esas cosas misteriosas y pensaba que podía encontrar algo sobrenatural.

  Un día, mientras Martín paseaba, escuchó ruidos entre los arbustos. Se dio vuelta para ver qué pasaba y no vio nada, entonces siguió caminando. De repente, vio correr “algo” entre los árboles. - ¿Hay alguien ahí? – preguntó.

Cuando giró, vio a un monstruo gigante de cuatro cabezas, todo verde, con ojos saltones. Martín se asustó mucho y empezó a correr para todos lados mientras el monstruo lo seguía. El niño corría y corría hasta que finalmente se cansó. Se detuvo un instante y cuando se quiso dar cuenta, tenía al monstruo enfrente de la cara. –No me hagas nada, te lo suplico – dijo.

  El extraño ser tenía un reloj en la mano e inmediatamente se lo dio a Martín. – Ah, pero ¡éste es mi reloj! Parece que me lo querías dar – sonrió Martín. Y el monstruo le dijo que sí moviendo su cabeza, porque no podía hablar.

  Como nuestro amigo ya se tenía que ir a su casa, le agradeció al monstruo, aunque se retiró algo confundido… Era imposible que existiera un personaje así…

                                                  Mercedes Serpente   6ºB

El aula fantástica

El aula fantástica

  Era una noche fría y los alumnos ya se habían  retirado a sus casas, cuando en el cajón del escritorio de la maestra, charlaban el lápiz mágico y la lapicera genial, riéndose de la anécdota del día.

  En el silencio del aula se escucharon unos ruidos raros, la lapicera genial y el lápiz  mágico se asomaron del cajón y decidieron investigar ese ruido y ver de dónde provenía. De repente, debajo de un papel arrugado se asomó algo para sorpresa de los dos, era una goma bebé que lloraba porque extrañaba a su amiga y compañera. Le preguntaron:-¿Qué  pasó?, y la goma les dijo que se había caído de la mochila y tenía miedo de no volverla a ver.

  La lapicera, comenzó a charlar y cantar mucho, el lápiz mágico hacía garabatos y dibujos de varios colores, para tranquilizar a la goma bebé. Entonces la lapicera y el lápiz decidieron ayudarla y la llevaron al cajón donde vivían ellos y le dijeron que se quedara tranquila, que al día siguiente volviera con su amiga. Y así pasaron toda la noche juntos.

  Temprano por la mañana, entraron los alumnos a clase y su amiga le preguntó a la maestra si por casualidad, había encontrado su goma. La maestra le contestó que la dejaría ver su cajón y ahí  estaba la goma que había decidido quedarse en esa aula con sus amigos.

 

                                              Florencia Gomez 6º ´´A´´  

 

La casa fantástica

La casa fantástica

  Había una vez una casa vieja de casi cincuenta años. Un día esa casa se derrumbó y los constructores la volvieron a levantar, pero algo salió mal... A un señor llamado Flinch, se le cayó una sustancia X que hizo que la casa cobrara vida.     Un niño llamado César, estaba jugando a la pelota con su amigo, hasta que la casa despertó, abrió los ojos por las dos ventanas y sacó su enorme lengua por la puerta. César y su amigo se escaparon, pero la pelota quedó en el césped. El pasto la chupó junto con todos los juguetes que estaban sobre él. César y su amigo corrieron a su casa que quedaba en frente. Con un telescopio observaron la casa mientras que por la cuadra venía una niña vendiendo galletas. Ella se acercó a la casa embrujada y tocó el timbre.

  Los niños cruzaron rápidamente y agarraron a la nena, en el momento justo en que la casa sacaba su lengua y la lanzaba como un látigo comiéndose un auto estacionado.

  César, su amigo y la niña fueron a la casa embrujada y entraron tratando de apagar las luces para que se durmiera, pero debían agarrar las llaves que estaban en el sótano. Al darse cuenta, la casa se levantó, empezó a caminar y a destruir todas las cosas que encontraba a su paso. Hasta que se derrumbó y no se supo nada más de los niños.

 

                                                                                                               Lautaro Arredondo  6º A

El monstruo de cinco cabezas

El monstruo de cinco cabezas

     Un día, en un castillo abandonado, vivía un monstruo; era un dragón de cinco cabezas, cuatro brazos y cinco pies. Era muy terrorífico y bastante feo. El dragón siempre se paraba en la puerta del castillo para vigilar si alguien aparecía. Como nunca llegaba nadie, se confiaba mucho y un día se quedó dormido.

  Pasaron horas y horas y el dragón seguía durmiendo. De repente apareció un nene llamado Adam que iba en busca de comida, ya que era muy pobre, pero no tenía idea de que allí había un dragón. Él recorrió el castillo pero se olvidó de un lugar, “el cuarto espantoso”, en el que vivía el monstruo.

  Cuando el dragón se despertó casi se muere porque no había vigilado la puerta del castillo, entonces fue a hacer una recorrida por las dudas.

  El niño estaba bajando las escaleras y el dragón subiendo a la planta alta. Cuando se cruzaron, el dragón pensó que era malo y le echó fuego, pero sólo lo rozó y el niño le dijo: -yo quiero ser tu amigo, no te quiero lastimar. Entonces nuestro personaje puso carita feliz y le dio un beso, y ¡casi lo quema! pero sin querer.

  Ambos vivieron juntos por mucho tiempo. Hasta que después de tres años, una pareja de enamorados compró el castillo y aceptaron al niño como su hijo y al dragón como mascota. Y vivieron como una familia feliz.

 

                                                                                            Alexandra Carrizo  6ºA

LA CARPETA AUSTRALIANA

LA CARPETA AUSTRALIANA

  Un día una chica llamada Carolina que estaba paseando con su mamá por la librería cercana a su casa, vio una carpeta de color rosa  toda peluda y le pidió a su mamá que se la comprara. Su mamá le contestó que sí y Carolina empezó a saltar de alegría y le agradeció  un montón por esa carpeta.

  Al día siguiente cuando Carolina se iba al colegio, llevó su carpeta. Cuando llegó se la mostró a todas sus compañeras y le dijeron que estaba muy linda.

Después, empezó a escribir la tarea que la maestra puso en el pizarrón. Al rato tocó la campana y todos salieron al recreo, pero mientras todos jugaban, la carpeta hacía los deberes de Carolina. Cuando todos los chicos entraron, Carolina se sorprendió porque ella no había hecho la tarea pero la tenía completa , entonces se la entregó a la maestra y luego se sentó en su pupitre mientras esperaba  que le corrigiera y ella escuchaba que le gritaban: _ ¡Carolina, Carolina acá abajo! Entonces Carolina bajó su vista y vio que la carpeta sacó la lengua.     Carolina le preguntó cómo podía hablar si sólo era una simple carpeta, entonces esta le contó que ella venía de Australia y todas las carpetas de allí tenían vida propia es por eso que ella también podía hablar, hacer  su tarea, comer y lo que más le gustaba, divertirse . La maestra llamó a Carolina y le dijo que se había sacado un diez  y ella se puso muy feliz y le agradeció a la carpeta  lo que había hecho.

     A la hora de salir, Carolina se fue con su carpeta en la mano para seguir conversando por el camino . Al llegar a la casa le presentó su cuarto y la carpeta mágica le dijo que era muy lindo, entonces Carolina le explicó que ella dormiría en el sofa y la carpeta le contestó :_ muchas gracias por dejarme dormir acá . Carolina siempre la llevó a la escuela y se divirtieron un montón con risas y aplausos y fueron muy buenas amigas por siempre .   

                                                                                         

                                                                        Magali Leguizamón    6ºA

                                                                                                                                                              

 

 

              

    

 

 

 

 

   

  

Abecedario animado

Abecedario animado

 

   Un día, en el mundo de las letras, pasó algo inesperado: llegó una "I" maligna que empezó a hacer cosas terribles a las demás letras de la vecindad. En la junta del municipio tuvieron que tomar medidas drásticas, como alejarla de la ciudad por un tiempo corto, aproximadamente una o dos semanas.

   La "I" se escapó a la ciudad de los números, y allí se desató el gran problema, porque los números no querían una letra en su ciudad, por ello la mandaron de vuelta a "Letralandia". Los ciudadanos la encerraron en su casa y la dejaron allí .La " I " rompió la ventana y se escapó , entonces la gente la empezó a perseguir y a pellizcar hasta que una "T" paró a la " I" y le preguntó  por qué era mala si allí  querían que todos estén en paz y unidos como un gran , pero grandísimo abecedario.

   La " I " le dijo: - yo nunca tuve amigos y eso poco a poco te va cerrando cada vez más y más. Pero mirá -dijo la "T"- si empezás de cero podés hacerte muchos amigos . La "I" fue a pedir perdón , la comunidad se lo aceptó y todos vivieron felices como un abecedario animado.

                                       

                                                                  Agustina Martinez 6ºA.

 

 

 

Personajes fantásticos

Personajes fantásticos

LA NIÑA Y EL LIBRO

   Un día iba por la calle caminando muy tranquila, cuando vi un auto que iba tan rápido,

que casi me lleva por delante. Fui corriendo para avisar a algún policía y fue entonces que me secuestraron. Yo tenía mucho miedo porque a mi familia no le faltaban enemigos. Me hablaban de un libro que tenía  mi padre, pero yo no sabía de cuál me hablaban, ¡en mi casa había tantos libros…!

  Después de un par de horas me empecé a sentir mal, me mareaba mucho, parecía que me hubiera bajado la presión, porque me desmayé. Durante ese tiempo yo ví un libro, al parecer el mismo libro del que me estaban hablando. Era dorado, tenía una cerradura de plata muy brillante, las letras eran negras y sobre todo era muy grande, tenía una cantidad de dos mil hojas pero lo más importante era que tenía una hoja en blanco y en ese momento me desperté y me dejaron en libertad.

  Cuando llegue a mi casa busqué ese libro, abrí en la hoja en blanco donde indicaba que se tenía que dibujar algo, lo primero que se me ocurrió fue dibujar unos monstruos, luego cerré el libro y me fui. Escuche un ruido raro y volví a entrar al cuarto. Del libro salió una luz, los monstruos que había dibujado cobraron vida y escaparon del libro. Yo no sabía que hacer. Me escondí, pero me encontraron y me mataron.

  Aún no sé si yo fui parte de esta historia…

 

 

 

Malena Blanco

6º grado B Turno Mañana

 

Personajes fantásticos

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Lulú, la coneja maestra

Lulú, la coneja maestra

  Había una vez unos niños de un jardín llamado “El Gauchito”, que tenían una maestra que tuvo que tomarse una licencia por un resfrío que tenía. Entonces la directora puso un aviso para conseguir una suplente.

  La coneja Lulú se enteró que se buescaba una suplente y fue hasta la escuela para ver si la contrataban.

  Se presentó ante la directora y sin duda la contrataron, pero le dijeron:

-Te contrato con una condición. Tenés que enseñar y divertir a los niños, ese es nuestro lema.

  Lulú se presentó ante los chicos y ellos asombrados la miraron y le preguntaron: - ¿Cómo te llamás? ¿Por qué eres maestra si sos una coneja?

  Ella les contestó:- Yo me llamo Lulú y si quieren, les cuento mi historia.

Una vez fui maestra pero hace tiempo concurrí a una cena show donde un mago estaba haciendo un número en el que necesitaba  a alguien que quisiera someterse a ese truco, que consistía en convertir a una persona en un animal. Como yo acepté, él me convirtió en coneja. Yo pensé que enseguida volvería a la normalidad, pero el mago no sabía cómo volver atrás.

  Yo me asusté muchísimo, quería volver a ser maestra, que era lo que más me gustaba, pero nunca más pude volver a la normalidad. Soñé durante años volver a hacer mi vida normal, pero mi sueño no se hizo realidad.

Hasta ahora, que estoy con ustedes. Me encantaría que pudiéramos estar todo el año juntos,, pero su maestra vuelve en unos días. Tengo suerte de conocerlos y compartir estos días inolvidables.

  Y así fue cómo Lulú pasó unos días maravillosos hasta que llegó la hora de irse y de seguir soñando otra vez, con poder volver a ser una persona, con ser maestra.

 

                                     Micaela Ferazzini               6ºB

Personajes fantásticos

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Más personajes fantásticos

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Una tarea grande para Trébol

Una tarea grande para Trébol

  Había una vez un duende que se llamaba Trébol. Él era un espía “duendístico”. En la agencia de espías había todo tipo de seres mágicos, como las hadas, unicornios, diablillos… Las hadas en realidad no eran buenas ni lindas, bueno, lindas sí, pero a veces engañaban para cumplir su misión.

  A Trébol le habían asignado una misión muy importante, la de cuidar el oro de la reina de España y también a ella. El director de la I.E. (Instituto de espionajes), le dijo que tendría que tener un compañero para que lo cubriera.

  Llevaron a la reina a su castillo y el oro estaba donde nadie podría encontrarlo, en una caja fuerte. Todos los ladrones piensan que están en los bancos.

  Si bien la reina tenía sus guardaespaldas, había alguien que le mandaba cartas diciéndole que le iban a robar su dinero.

  Trébol y su asistente, siguieron las pistas y fueron a atrapar al ladrón. Con su compañero lo arrestaron y la reina y su oro quedaron a salvo en la caja fuerte. Todo volvió a la normalidad en el castillo.

 

                                                                          Sofía Balbiano   6ºB

 

Más personajes fantásticos

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Después de quinientos años

Después de quinientos años

  Era yo chico hace quinientos años, tenía el pelo lindo y prolijo, uñas cortas, piel y manos normales. Y también hace quinientos años, yo tenía familia.

  Un día, iba caminando por la calle, sediento y con mucha hambre, cuando de repente, miré hacia el costado y vi una botella con un líquido extraño y un pan de color verde y marrón. De tanta sed y hambre que tenía, tomé y comí lo que había encontrado.

  Pasaron diez minutos y la calle se transformó en un bosque y yo en un monstruo. Mi piel era azul, mis manos sucias y raras, mis pies tenían uñas largas y puntiagudas, me habían salido tres ojos y mi boca era color flúor. Yo me sorprendí demasiado, no sabía qué hacer.

  Después de muchos días de búsqueda, encontré un duende y le pregunté:

-         ¿Cómo te llamàs?

-         Binocho, dijo el duende, ¿y vos?

-         Soy Bikingoko.

Con Pinocho nos hicimos muy amigos, íbamos a jugar a un laguito que había ahí y nos trepábamos a los árboles. Pero el mentía mucho, por eso lo llamaban Binocho.

  Yo dejé de hablarle porque no me gusta la gente mentirosa y fui a la casita que había construído. Allí había una lámpara mágica. La froté y apareció un genio que me dijo:

-         Por haberme liberado, te concederé tres deseos. Pídeme el primero.

-         Mi primer deseo es… mmmm…volver a ser como antes.

-         Pídeme tu segundo deseo.

-         Espera, espera, le dije.-Si todavía no se cumplió el primer.

-         Vos sólo pídelo, insistió.

-         Bueno, mi segundo deseo es que este bosque no esté más.

-         ¿Y el tercero?

-         El tercero es que mi familia esté conmigo.

-         Muy bien, dijo el genio. Tus tres deseos han sido concedidos.

Y así fue cómo volví a ser normal.

 

                                                    Milena García         6ºB

Personajes fantásticos

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